En el año 1922, abre sus puertas en La Habana el «Café de los Parados», a donde se va trabajar Manuel Rodriguez, en calidad de encargado y participe en el negocio, después de su paso por el «Café Cuatro Caminos».

«Los Parados», como era conocido popularmente en La Habana, estaba situado en pleno Barrio Colon, a escasos metros del Centro Gallego y Asturiano y del Capitolio, entre su clientela destacan personajes vinculados a la política, cultura y mundo empresarial.

El Barrio Colon, era de los lugares de mas movimiento de la ciudad habanera, donde se encontraban los principales teatros, cines, restaurantes, tampoco el Barrio «dormía», ya que eran varios los cabarets en la zona, así como la presencia de prostitutas y sus correspondientes chulos.

El café estaba prácticamente abierto las veinticuatro horas del día, excepto un par de horas, para la limpieza.

El nombre de «Los Parados», viene de que en sus inmediaciones, a primera hora de la mañana, la gente que precisaba trabajar, esperaban allí, a que llegase algún patrón, en busca de mano de obra.